1348.- EL
VIENTO REVELA LA VERDAD
Caen las almas en estos tiempos víctimas de su
propia mentira, de ese orgullo abominable, repugnante e infernal que han
cultivado, elegido y preferido, su propia mentira les miente y las engaña
arrastrándolas a las tinieblas eternas, sumergiéndolas bajo el pesado manto de
la muerte eterna.
A todos dio Dios la oportunidad de corregirse,
limpiarse, purificarse, rectificarse, cada uno en su vida tuvo de parte de Dios
un favor especial, una gracia particular, una iluminación personal.
Eso consistió en que El Señor permitió el
tropiezo, la humillación, que las almas, cada una en su camino, vida, mundo, no
pudiera dedicarse a su orgullo todo lo que quería.
Permitió un tropiezo, dejó que las almas
conozcan sus límites e incapacidades, que cayeran de rodillas mordiendo el
polvo.
Esto lo hizo para que no se volvieran mas
orgullosas, que no llegaran a ser
presuntuosos, que no cayeran víctimas de su hipocresía, pero las almas,
conociendo sus límites e incapacidades, lejos de de aceptarlas, renunciar a sí,
corregirse y admitir la necesidad de Un Salvador, se volvieron abominables.
Esto significa que, venían renegando de Dios,
prescindiendo de Él, dedicándose a sí, a cultivar el orgullo, a volverse
hipócritas y miserables totalmente desamoradas, y cuando tuvieron la
oportunidad de cambiar de camino, de abandonar ese sendero de perdición, no
solo no lo hicieron sino que se depravaron diez veces mas.
Las almas mordiendo el polvo de la humillación
se adaptaron a la tierra y es así que se volvieron repugnantes serpientes
mentirosas, seductoras, embusteras totalmente dedicadas a sí mismas, a hacerse
adorar, aceptar, ver, reconocer, se convirtieron en algo tan repugnante como
satanás.
Cada cual en su vida recibió la visita del
Señor, pero se esforzaron por repudiarlo, rechazarlo y por continuar
prescindiendo de Él, por seguir renegando de Su Voluntad y empeñándose en
hacerse adorar, ver, reconocer, aceptar, tomar en cuenta, etc.
Así es como despreciaron El Gran Milagro,
ignoraron esa intervención milagrosa del Señor en su vida donde les daba la
oportunidad de conocerse a ciencia cierta, de verse según Dios y de admitir la
necesidad de conversión, de volver a Dios, de un Salvador.
Ocurrido esto, transcurrido un plazo
prudencial, Dios dejó de Revelarse, intervenir, advertir, Llamar, dejó de
otorgar gracias especiales a las almas para su salvación, simplemente porque es
el primero en cumplir lo que dice, y si dijo al pasar por el mundo por Vez
Primera que no se echan perlas a los cerdos, dejó de hacer el bien que hacía a
las almas.
Ahora las almas caen víctimas de lo que han
elegido, de aquello que se han preparado, lo que quisieron, de la oscuridad, el
orgullo, las tinieblas, la muerte eterna, Dios debe retirarse de las almas, del
mundo y de las religiones porque no fue recibido, como ocurrió en El Primer
Paso, otra vez las almas han preferido las tinieblas a la Luz, y otra vez,
porque sus obras eran malas y no quisieron dejar de hacerlas.
Mas que obras exteriores, sus obras malas son
las interiores, de las que después resultan las exteriores. Las obras malas
interiores consistieron en que renegaron de Dios, no lo amaron, se dedicaron al
orgullo, el amor propio, los vicios, las ambiciones, perversidades y
abominaciones, demostraron desgraciadamente que pueden llegar a ser peores que
demonios.
Se empecinaron, o peor, se emperraron en
depravarse, corromperse y volverse abominables, por ello es que han llegado a
deformarse y a adquirir imagen y semejanza con satanás, se volvieron
pestilentes, repulsivas, verdaderos cadáveres caminante.
Esto es así porque no solo ardieron en deseos
de adoración, sino porque ya se consumieron quedando reducidos a polvo y
cenizas, como sucede con el carbón una vez que se consumió y no es mas que
cenizas grises amontonadas pareciendo que hay algo, sin embargo el Viento
Revela la Verdad y pone en evidencia que es solo apariencias.
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