1795.- SOLO
PUEDE LLEVARNOS EN UNA DIRECCIÓN
Lo mejor que podemos hacer en el mundo es amar
a Dios, buscarlo, servirlo, obedecerlo, porque eso es aprovechar el tiempo
usándolo como lo debemos emplear, para lo que hemos nacido par alo que fuimos
creados.
Si no miramos a Dios, si no discernimos Su
Voluntad, no podemos obedecerlo, entonces, no lo amamos verdaderamente, de
manera que pasamos por el mundo perdiendo el tiempo, dedicándonos a nosotros
mismos, al ego-orgullo-abismo.
Conformando el abismo de egolatría que se
genera en el alma cuando renegaos de Dios, lo único que hacemos es darle poder
sobre nosotros, reconocerle una capacidad de disposición, entonces, terminamos
sometidos, rendidos, dominados, esclavizados.
En esa rebeldía-olvido-negación de Dios entra
el adversario, pudiendo dirigirse al alma, imponiéndole su pensamiento-sentimiento,
haciéndose dueño, constituyéndose en su señor, y pudiéndola utilizar como si de
una cosa de su propiedad se tratase, es decir, a su antojo.
Estamos orgullosos de nuestro ‘yo’, no viendo
que es un soberbio delirante impregnado del espíritu del adversario, olvidado
de Dios que solo piensa en sí mismo, en la satisfacción que desea obtener.
La rebeldía contra Dios es desamor para Él, es
un abismo en donde el adversario se cuela, infiltra, mete, donde puede penetrar
en el alma, donde se hace presente para tentarla, engañarla, seducirla,
atraparla.
En silencio, sigilosamente va echando redes,
tendiendo trampas, tratando de sujetarnos, atraparnos, manipularnos, queriendo
apropiarse de nuestra vida, indicándonos como debemos disponer de ella.
Ahí esta el problema, cuando nos dejamos guiar
por los caprichos, ambiciones, etc., no buscando la Voluntad de Dios, porque
es todo eso lo que satanás usa para que creamos que es por nosotros cuando en
realidad es por él que hacemos todo lo que ejecutamos en rebeldía contra Dios.
No consideramos que esa voluntad propia esta
controlada, determinada, dirigida, regida, manipulada y hasta impuesta por el
adversario, no queremos ver la realidad al contrario, nos entregamos con gran
deseo a lo que nos ha movido querer, desear, buscar.
Se presenta en el alma como ambición, deseo,
por ello es que debemos prestar atención a Dios, salir de nosotros mismos, comenzar
a buscar a Dios, de lo contrario estamos aceptando los lazos que impone
satanás, aferrándonos a éstos y defendiéndolos, no viendo que solo pueden
conducirnos en una dirección, al infierno, a la perdición eterna en las
tinieblas donde ese cerdo maldito se halla.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario