2204.- LA
HORRENDA REALIDAD QUE LLEGAMOS A SER
Por miedo, preocupados por nosotros mismos,
suponiendo que nos defendemos, queremos aplastar, humillar y someter a otros.
Tratamos de convencernos de que al tenerlos aplastados sujetos, dominados,
controlados, nos prevenimos, defendemos y protegemos.
La verdad es que nos estamos engañando, nos
mentimos a nosotros mismos, es de esta manera como nos volvemos cómplices,
esclavos, serviles de las tinieblas, así es como terminamos sometidos a los
caprichos de satanás y de la muerte eterna.
Notar que estamos dedicándonos a conformar el
miedo, a satisfacer esas tinieblas que nos someten, aplastan, doblegan y hacen
padecer.
Notar que hacemos las malas obras de las
tinieblas, porque al suponer que nos defendemos, sometemos a otros como lo hace
satanás, entonces, es a su servicio que lo hacemos, por su manipulación, porque
nos hace temer a los que él teme y nos empuja a someter a los que él desea
someter.
Comprender que el adversario, satanás, es el
maestro, padre, inventor de la mentira, entonces, sugiere, infunde
pensamientos-sentimientos para manipularnos y lograr que lleguemos a estar a su
disposición, para obtener que hagámoslo que el quiere suponiendo que es lo que
nosotros queremos.
Para defendernos de la mentira tenemos que
buscar la verdad, o sea, debemos dejar de hundirnos y enredarnos en nuestros
pensamientos y hacer un esfuerzo por buscar a Dios, por colaborar en Su
Revelación, porque ahí recibimos Su Palabra Que Es La Verdad.
La mentira es el árbol de la ciencia del bien
y del mal, es lo que no debemos buscar, querer, probar, es el veneno inoculado
por satanás que crece como enredadera envolviéndonos, reteniéndonos,
aprisionándonos, dominándonos y sometiéndonos.
Va alzándose y nos va paralizando, y ahí comienza
el engaño, el delirio, la fantasía, porque mientras nos retiene, nos quita vida
a la vez que nos miente para engañarnos y volvernos delirantes.
Así es como no vemos que nos vamos muriendo,
resecando, paralizando y lo único que va creciendo es un delirio una fantasía
que solo nosotros vemos, cosa que fomenta satanás para mantenernos sujetos y
ajenos a lo que realmente sucede, nos distrae haciendo que nos mintamos y
alabemos por lo que creemos ser no viendo la horrenda realidad que llegamos a
ser.
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